martes, 26 de agosto de 2014

Burbujas de hormigón






Soy anónimo. Vivo una media verdad, vivo en media mentira. Soy Napoleón, recluido en en mi isla sin poder hacer más que mirar el horizonte a la espera de alguna visita. Soy Quasimodo. Amado pero escondido. Rechazado. Soy el bicho raro de la escuela del que todos se avergüenzan de tener como amigo: Soy tu amigo, pero que no me vean contigo, dicen... 
De verdad que lo intento, pero siempre acabo, por una cosa u otra, metiendo la zarpa.

No tengo definición. No existo. No soy. Pronto dejaré de pensar. Soy humo. Soy prohibido ante los ojos, ante los oídos. Soy nulo al tacto y al olfato. Del gusto, solamente queda mi propio sabor a fantasma. Fantasma encadenado. Sabor a óxido, a tiempo eterno.Cuidado con lo que dices. Cuidado con lo que haces. Piensa antes. Calla después.

¿Quien soy? ¿Qué soy? Un pensamiento. No soy real. ¿Me queda bien la capa de invisibilidad? Soy virus. Mi presencia daña. Mi existencia  perjudica. Soy peste. No se habla de mí, puede ser letal. Pronunciar mi nombre puede acarrear daños incalculables de magnitudes astronómicas. Puedo hacer que la luz se vuelva noche. Convertir el verano en un interminable invierno. Soy dueño del efecto mariposa. Soy el hijo bastardo de Memnoch

Estoy realmente irritado conmigo mismo. ¿que coño haces, desgraciado? No tengo otra. Es mi papel. Así lo escribí. Me vengo arriba, me motivo, me olvido, me equivoco, me estrello, me enfado conmigo yo, espero, me sonrojo, me animo, me vengo arriba y vuelta a empezar. Si, justamente así lo escribí. Soy un zoquete, no me acordaba... Es así.

También he escrito luz y universo. Oxígeno y lluvia. Astros alineados en formación de ataque para bombardear esta burbuja de hormigón.Y en ese preciso momento, cuando ya nada pueda detenerlo, gritaré. Alzaré la voz bien arriba para que nadie olvide mi nombre. El mundo se parará a contemplar la primavera y vendrán a tocarme y a abrazarme, pues seré real. Escucharán mi voz y yo conoceré la suya, propias y ajenas, pues aquí estaré!

Pero ese es otro cuento. Otra historia que, no como esta, todavía no tiene final. Mientras tanto aquí vivo, etéreo. Inexistente. Letal. Torpe. Indefinido.


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