lunes, 11 de agosto de 2014

Esperando



Esperar...
Imposible desesperar esperando. Forma parte de nuestra vida. Somos espera en continuo movimiento. Nos pasamos las horas, los días, los meses esperando. Nos pasamos los años, la vida entera esperando.
Esperando el autobús, esperando en la cola del cine, que nos toque turno en el mercado o en la peluquería, esperando a que nos de la hora de terminar de trabajar o que empiece el fin de semana. Incluso existen salas destinadas a eso!!
No comprendo porqué nos molesta tanto las esperas si hemos nacido para este fin. Tenemos que hacer auténticos esfuerzos y ejercicios de concentración y contención para no perder los estribos mientras las horas pasan en la cola del banco, que se nos pase el dolor de cabeza o que llegue la hora de la cita tan deseada.

Creo que hemos tenido que inventar nuestro día a día con trabajo, estudios, cafés, charlas o lecturas para ocupar el tiempo que nos pasamos esperando. Yo, por ejemplo, ahora mismo, estoy escribiendo esto para que el tiempo pase mientras espero a que llegue algo o alguien. Podría estar jugando una partida de mus, sacarme una carrera, leerme el Quijote en diagonal o empollarme el listin telefónico de Chau Phu (Vietnam). Así, cuando alguien me pregunta que estoy haciendo, haga lo que haga, mi respuesta siempre es la misma: Esperando
Hay quien espera coger su tren, o un golpe de suerte. Otros sencillamente esperan que pase algo, como que caiga una estrella fugaz o que alguien se de una torta con ese adoquín mal puesto.

¿Falta mucho para comer? ¿Falta mucho para llegar? ¿Te falta mucho para acabar del baño?...  Hay esperas impacientes que trastocan el talante y son capaces de transformar a la persona más paciente en un auténtico cancerbero. Existen otras que son mucho más pacientes, como el que espera tenerun hijo (seguramente sea un hijo, no un calamar), o el que espera inevitablemente a la Dama de Negro.
A veces no tenemos suficiente en estar esperando lo que estamos esperando, que encima te obligan a hacerlo: "Aguarda un momento, por favor". Tócate los bolos! Como si no tuviéramos nada más que esperar!

En fin. Voy a ir terminando este escrito pues la falta de sinónimos de "espera" me hace reiterativo. No sin antes desear que, mientras esperas, querido lector, esto te haya servido para ocupar tu espacio entre espera y espera.
Yo, por mi parte, voy a matar el tiempo trabajando mientras espero que me den las ocho y llegue ella.



    



2 comentarios:

  1. Es otra espera, Camaleón.

    Esperaré a que sientas lo mismo que yo,
    a que la luna la mires del mismo color.
    Esperaré a que adivines mis versos de amor
    y a que en mis brazos encuentres calor.

    Esperaré a que vayas por dónde yo voy,
    a que tu alma me des cómo yo te la doy.
    Esperaré a que aprendas de noche a soñar,
    a que de pronto me quieras besar.


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  2. Es una de las esperas más largas y más bonitas que existen. Muchas gracias por embellecer este blog con tus estrofas. Si tienes a alguien que te hace esperar y sabe lo que le espera, debería comprarse una moto!!. Un abrazo y te veo en los próximos post.

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